jueves, 21 de junio de 2012

18 de Junio de 2012

En este día realizamos un recorrido por el barrio La Barceloneta y asistimos a una conferencia llevada a cabo por el diseñador industrial Guillem Ferrán en donde se trataron diferentes temas: En qué consiste la fiesta de San Juan? cuales son los íconos? el principal interrogante que nos fue planteado fue: ¿qué podemos aportar a esta fiesta? de dos formas: diseñando productos nuevos o re-diseñando productos ya existentes. Adicionalmente Guillém Ferrán nos mostró su portafolio y nos contó de su trayectoria como diseñador industrial; De su amplia gama de productos los que mas me llamaron la atención fueron la lámpara "Luz de luz" y el "Reloj con mensaje", porque me gustan los productos sencillos, que requieren poco material y que dan vida a los espacios. Ambos productos me parecen muy innovadores, y estoy segura que se destacan entre cualquier otro objeto de la habitación o espacio donde se encuentren. Adicionalmente asistimos a una conferencia de Petz Schoults, una joven diseñadora industrial que nos habló de la importancia del componente ambiental en el diseño y desarrollo de los productos. Entre muchas otras cosas me llamó la atención una frase: "No debería hablarse de diseño sostenible, pues el diseño si no es sostenible no es un buen diseño". El diseño 100% sostenible no existe, siempre hay un impacto en cualquier momento del ciclo de vida, pero la idea es reducirlo al mínimo. Si hacemos algo "super ecológico" pero nadie lo compra, entonces no funciona. Me gustó su presentación con ejemplos sobre lo que es el buen diseño; Buen diseño es: Tan poco material como sea posible, buen diseño consume poco, buen diseño comunica bien. Son muchas las variables que se deben tener en cuenta para hacer un buen diseño, y el reto que debemos asumir, es cumplirlas todas. 


Este día conocimos la plaza real, y por la noche recorrimos La Barceloneta, probamos pescaditos apanados típicos de la región, y vino en porrón. Los olores en este recorrido son protagonistas. Por donde uno pasa hay olores a comida diferentes entre sí, que llaman la atención de los turistas. La diversidad cultural es impresionante. Creo que en cada calle  hay personas de por lo menos 5 nacionalidades diferentes. Las calles son muy angostas pero la sensación es de sendero peatonal, y uno se siente invitado a pasar por ahí, cosa que no pasa en Bogotá, donde un callejón estrecho es sinónimo de peligro. El uso de las bicicletas me parece envidiable. De todas las innumerables cosas que me han encantado de la ciudad, el uso de la bicicleta me parece genial. Haciendo una comparación con Bogotá me parece triste pensar que los Colombianos no podamos usar una bicicleta porque nos pueden atracar y quitarnosla, porque no hay ciclo rutas bien diseñadas, no hay continuidad de estas vías tampoco y el estado de las calles es deplorable. 

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